Reseña Historica

23.03.2014 17:44

 Los sólidos platónicos han atraído a las civilizaciones a lo largo de la historia, siendo emblema de belleza ideal, de ahí su aparición en la composición de muchas obras, artistas y teóricos como Leonardo o Durero.

Neolítico: Los caracteres de estos son conocidos desde la antigüedad, hay menciones a unas bolas neolíticas de piedra labrada encontradas en Escocia 1000 años antes de que Platón formara una explicación minuciosa de los mismos en Los elementos de Euclides. El motivo de los poliedros se lleva a los primeros estadios de la civilización, Critchlow (1979) da un prototipo fehaciente de que ya eran reconocidos por los pueblos neolíticos y las primeras culturas Europeas.

 

Renacimiento: Los artistas matemáticos del Renacimiento expresaron gran interés por los poliedros, por los estudios platónicos propuestos por la  reaparición de ciertos manuscritos con las obras de Platón, y por otra, exigido a que los sólidos desempeñaban  como excelentes muestras en los estudios sobre perspectiva.

El estudio más completo fue hecho en 1480 por Piero della Francesca en su obra "Libellus De Quinque Corporibus Regularibus", aparte de los temas euclídeos sobre poliedros, en esta obra se redescubren paulatinamente los llamados sólidos arquimedianos o poliedros semirregulares, que son trece cuerpos igualmente inscriptibles en una esfera con caras polígonos regulares de dos o tres tipos.

 

Tiempos modernos: La conocida fórmula de Euler que compara caras, vértices y aristas de un sólido: «en todo poliedro convexo, el número de vértices menos el número de aristas más el número de caras es igual a dos» (V – A + C = 2), es probable que fuera reconocida por Teeteto y por Arquímedes, pero  Descartes es quien primero la muestra hacia 1635.